Esta cocina de juguete de la firma Gottschalk muestra el estilo de las cocinas reales de principios de siglo, pero no tiene una escala estandarizada. Una niña aprendería a mantener esta pequeña cocina usando las diminutas escobas, los cepillos de mano y el recogedor. Estas herramientas animaron a los niños a practicar y a sentirse orgullosos de sus asignaciones en casa. Las características funcionales en esta cocina hicieron que el aprendizaje fuera una delicia: un pequeño depósito en la parte trasera de la pared contiene agua para el grifo para que los niños puedan lavar los platos y el piso; se puede colocar una pequeña vela dentro de la estufa para calentar pequeñas ollas y sartenes; y en la pared a la derecha de la choza hay un molinillo de café pequeño pero funcional. En la cocina hay numerosos frascos diminutos, algunos etiquetados con las palabras alemanas por su contenido imaginario: azúcar, café, harina, sal, vinagre y aceite.
Las cocinas en miniatura como ésta, fueron algunos de los primeros predecesores de las casas de muñecas que conocemos y amamos hoy en día.